Nacido en 1967, arquitecto en 1995, doctor arquitecto en 2017...

Poco más se puede decir que merezca la pena destacarse tras dedicar toda la vida a una profesión que nunca dio nada de lo que se esperaba de ella cuando decidí ser arquitecto con poco más de nueve años.

Supongo que el no ser capaz de construir nuevas realidades me llevó a querer reproducir las de otros. La fotografía se convirtió en el refugio creativo de quien no podía crear y el dibujo y la acuarela en el recuerdo de un oficio que nunca fue.

Por si sirve de referencia, así me vieron los de la tele.