2020 Cernícalo Primilla


El confinamiento, fruto de la maldita pandemia, trajo algo bueno: a medida que el ser humano abandonaba las calles, la naturaleza recuperaba lo que, en el fondo, siempre ha sido suyo, el espacio urbano.

Así, una nutrida colonia de halcones tomó posesión de los tejados de un edificio de viviendas inusualmente silencioso y falto de vida, pese a estar completamente ocupado por sus moradores humanos habituales.

Mi privilegiada atalaya me permitió, aún lo hace, disfrutar de algo que, hasta ese momento, no había tenido nunca a mi alcance: fotografiar el día a día de animales en plena libertad.

2020. Lesser kestrel (falco naumanni)

The confinement, the result of the damn pandemic, brought something good: as the human being left the streets, nature recovered what, deep down, has always been its own, the urban space. 

So, a large colony of falcons took possession of the roofs of an unusually quiet and lifeless residential building, despite being completely occupied by its usual human inhabitants. 

My privileged vantage point allowed me, and still does, to enjoy something that, until then, had never been within my reach: photographing the day-to-day life of animals in complete freedom.