ACUARELAS DE VIAJE. Redescubrir el viaje a través del cuaderno.

Han sido casi cuatro años sin vacaciones de verdad. Cuatro años de hospitales, preocupaciones y, al final, ausencias. Un tiempo sin ganas ni espacio para el dibujo.

Así que este año tocaban vacaciones. Primero en Galicia, después en el Jerte (Extremadura) y, ya al final, un fin de semana largo para llevar a Diego a la universidad en Granada.

Ocasión perfecta para recuperar el cuaderno de viajes, tal como me enseñó Alicia Aradilla en uno de sus cursos de Domestika. De ella aprendí a observar con calma y plasmar en acuarela lo que veo. Sin buscar la perfección, sólo el disfrute del instante, aunque tienda a perderme y sufrir con los detalles.

De esta forma relajo la mente, ocupando las manos. Desconecto, olvido tensiones y me concentro en el color, el agua y el momento presente.  Aunque sólo sea por un rato.


Julio. San Martiño de Miñortos, desde la Casa Rural Laxe

Días de conversaciones, paseos y risas con los amigos de la universidad, que son familia desde hace ya cuarenta años. Desde la Casa Rural Laxe en Porto do Son, A Coruña, una vista que resume Galicia: tejados entre la vegetación, torres, como la de San Martiño, que asoman sobre el verde y montañas como telón de fondo.

Poco después la zona fue arrasada por los incendios forestales. Yo prefiero recordarla tal y como la dibujé.

Cuaderno de viaje: Iglesia de San Martín en Miñortos, A Coruña
Cuaderno de viaje: Iglesia de San Martín en Miñortos, A Coruña

Plaza de la Independencia. Jerte (Cáceres). Dibujo urbano en acuarela
Plaza de la Independencia. Jerte (Cáceres). Dibujo urbano en acuarela

Agosto. Patio del hotel Aura del Jerte

Un espacio acogedor, con mesas bajo sombrillas y vegetación alrededor. Perfecto para un café al atardecer o una cena tranquila. El personal, atento y cercano, refuerza sin duda la sensación de hospitalidad.

Al tiempo de nuestra marcha, comenzaban los incendios forestales, pero el Jerte conserva todavía paisajes que invitan, ahora más que nunca, a volver y visitarlo.

Agosto. Plaza de la Independencia e Iglesia de la Asunción. Jerte

Una escapada breve al valle del Jerte (Cáceres). Un lugar tranquilo, perfecto para recargar pilas en buena compañía.

El nombre de Plaza de la Independencia evoca la gesta antifrancesa. Está rodeada de viviendas, soportadas algunas con doble galería y postes de madera. En ella se hallan la torre separada de la Iglesia (torre vigía) y la casa parroquial.


Patio del Hotel Aura del Jerte, sketch en cuaderno de viaje
Patio del Hotel Aura del Jerte, sketch en cuaderno de viaje

Fachada de la Catedral de Granada. Detalles arquitectónicos en acuarela
Fachada de la Catedral de Granada. Detalles arquitectónicos en acuarela


Septiembre. Catedral de Granada. Boceto previo

Y como será la cosa que, antes de salir a la calle, me casqué este boceto tirando de foto. Podría decir que era para situar las líneas de fuga, la composición general y los colores básicos, pero lo cierto es que hice el boceto para quitarme el acojone de salir a pintar en un sitio tan concurrido como la Plaza de las Pasiegas, frente a la catedral.

Que no todo van a ser dibujos curradísimos, oiga.

Septiembre. Catedral de Granada

Una escapada en familia aprovechando que Diego estudia en Granada. Cuñadas, cuñao, sobrinos y una amiga: @LaCari. Toda una tribu.

El insomnio me llevó temprano frente a la Catedral. Y sentado estaba, casi al nivel del santo suelo, cuando se me sentó una aficionada a las acuarelas, oriunda de Shanghái (según entendí en inglés por señas). Y, como soy tonto, no tuve reflejos para pedirle al marido ninguna de las miles de fotos que nos hizo.

Boceto de la Catedral de Granada, fugas, color y composición
Boceto de la Catedral de Granada, fugas, color y composición
La Alhambra desde el Albaicín, cuaderno de viaje en acuarela
La Alhambra desde el Albaicín, cuaderno de viaje en acuarela

Septiembre. La Alhambra desde el Albaicín. 

Un bar bajo el mirador de S. Nicolás, con unas vistas de excepción. Un dibujo rápido mientas tomaba algo con la tribu (todo el mundo se queja de su familia política pero a mí es que me ha tocado la lotería con la mía).

 

¿Y por qué no tengo dibujos del interior? Porque, después de pasar tres controles y hacer dos colas, en la revisión de la mochila, no me dejaron entrar a los Palacios Nazarís con las acuarelas. La navaja sí, pero las acuarelas prohibidas, que son mú peligrosas. Ojo, el personal de la Alhambra de diez: amables, educados y facilitando su depósito en consigna (para lo que tuve que hacer en sentido contrario las dos colas y pasar por los tres controles). Toda una tradición, la de los acuarelistas en la Alhambra, a tomar por saco.


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o mejor

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